YO TENGO UN SAMARITANO

La conversación de Jesús con la mujer samaritana resultó algo chocante en los tiempos del Nuevo Testamento. 
    En primer lugar, los judíos rara vez hablaban con los samaritanos .  Ellos consideraban a los samaritanos tan impuros que usualmente se apartaban del camino para evitar entrar a la región de Samaria.
    En segundo lugar, las mujeres eran ciudadanas de segunda clase en la cultura judía.  Los líderes religiosos judíos evitaban de un modo especial hablar con las mujeres en público.

¿Hay alguien equivalente a la mujer samaritana en mi vida o en tu vida?
¿Alguien con quien no te hayas asociado por razones injustificadas?
¿Qué sucedería si permitieras que Jesús te guiara a cruzar la línea divisoria que nos separa?

Interesante

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